Caminos de la teolog a India摘录6
luyued 发布于 2011-03-22 09:29 浏览 N 次Reporte de
Los Orígenes de la Nacionalidad Hispanoamericana
Wu Yao
La independencia fue la culminación de un largo proceso de enajenación en el cual Hispanoemérica se dio cuenta de su propia identidad, tomó conciencia de su patriotismo, su nacionalismo.
El imperio informal en los finales del siglo XVII y principios del XVIII
Se habla de un imperio informal porque en este período el poder imperial continuaba ejerciendo su control burocrático; pero la metrópoli era impotente, dejando Hispanoamérica emancipada de su inicial dependencia de Espa~na. La coyuntura propiciaba tanto un crecimiento económico como un cambio social.
Durante la época de inercia, la corona quería gobernar América sin gastos; los burócratas querían un trabajo bien pagado; los mercaderes querían producir para exportar; los campesinos indios querían que los dejaran en paz. Estos intereses irreconciliables se resolvían mediante el llamado “repartimiento”.
En los principios del siglo XVII, Espa~na sufrió una gran crisis económica. La corona dejó de pagar el salario a sus principales funcionarios en América. En cambio, les permitió conseguir ingresos al convertirse en mercaderes, firmando contratos con mercaderes capitalistas, obligando a los indios a aceptar adelantos de dinero y equipos para extraer productos agrícolas para la exportación o para consumir excedentes de mercancías. Así era el repartimiento, que disminuía el control imperial sobre la política y los intereses locales. El imperio estaba administrado por hombres que dependían no de los salarios sino del comercio.
Al mismo tiempo, las sociedades americanas adquirieron gradualmente identidad, desarrollando más fuentes de riqueza, reinvirtiendo en la producción, mejorando su economía de subsistencia de artículos de consumo. Las colonias se apropiaban en una mayor proporción su propio producto y invirtieron su capital en su propia administración, defensa y economía. Además ampliaron el comercio intercolonial vigorosamente, independientemente de la red transatlántica.
En cuanto al cambio social, se formaba una élite criolla de terratenientes y otros, cuyos intereses crecientes no siempre coincidían con los de la metrópoli, por ejemplo: sus urgentes exgencias de propiedades y mano de obra, y los deseos para los cargos de responsabilidad política. Este último era reprimido por una menor confianza de la corona en los americanos.
Sin embargo, los hispanoamericanos entonces gozaban de un considerable grado de independencia de facto, por lo que no tenían necesidad de declarar la independencia formal. Admás el ambiente político e ideológico de principios del XVIII no era propicio para un movimiento de liberación nacional. Fue el venidero nuevo imperialismo el que provocó las revoluciones de independencia.
El Nuevo Imperialismoy las reacciones de América
En historiografía se está familiarizado con los conceptos de la primera conquista y la segunda conquista: La primera fue la conquista de los indios; la segunda fue un intento de controlar a los criollos que era el objetivo principal del llamado nuevo imperialismo, el cual resultó al final, una batalla perdida.
Carlos III y sus ilustrados ministros intentaban rescatar a Espa~na del peso del pasado y restaurar de la desatrosa derrota a manos de los ingleses en la guerra de Siete A~nos. Desde 1763 Espa~na hizo un esfuerzo supremo por enmendar el equilibrio en Europa y en las Américas. Llevaba a cabo en la península una serie de reformas y volvió a tomar a América en sus manos, incrementando la situación colonial de América y haciendo más pesada su dependencia.
La administración había sido reformada:
1) Crearon nuevos virreinatos y otras unidades administrativas. El imperio estaba dividido en 4 unidades administrativas: virreinatos, capitanías, generales y audiencias.
2) Nombraron nuevos funcionarios, los intendentes. Ellos, enviados por el gobierno imperial, eran instrumentos de control social, de una supervisión más estrecha de la población americana. Para los altos cargos oficiales, al igual que para el comercio transatlántico, los espa~noles peninsulares continuaban siendo preferidos. Durante la segunda conquista de América, continuaban oleadas de inmigración procedentes de la península con burócratas y comerciantes. Ante esta situación, los criollos sentían mucha presión, por lo tanto un cargo era una necesidad para ellos. Sin embargo esta creciente exigencia del puesto político no se satisfacía. Gradualmente los americanos empezaron a pedir no sólo más cargos, sino cargos más elevados en sus propios países y la exclusión de los espa~noles. El antagonismo y la aversión venían cada día más flagrantes y graves hasta que impulsaran la revolución por la independencia.
3) Debilitaron a la Iglesia. Fueron expulsados los jesuitas, muchos de los cuales eran criollos y quedaban sin patria y sin misiones. Entre estos jesuitas exiliados, destacaría posteriormente una considerable cantidad de escritores, que luchaban con su literatura contra los espa~noles y contribuyeron a arraigar la conciencia de nacionalismo en los países hispanoamericanos. La iglesia, antes de la segunda conquista, había tenido privilegios especiales, su misión religiosa en América sostenida por dos fundamentos: sus fueros y su riqueza. Los dos se contaban entre los principales objetivos de los reformadores borbónicos. Intentaban colocar al clero bajo la jurisdicción de los tribunales seculares, quienes habían estado inmunes de la jurisdicción civil. Luego lanzaban un gran ataque contra sus propiedades, que consistían en diezmos, legados de los fieles y propiedades inmobiliarias. Las políticas resultaron que, en la fila del bajo clero salieron muchos de los oficiales insurgentes y de los dirigentes guerrilleros, por ejemplo el gran revolucionario José María Morelos y Pavón era un sacerdote mexicano.
La defensa había sido reorganizada
El ejército era otro centro de poder y privilegio. Aquí había un problema: Espa~na nunca tuvo ni el dinero ni los hombres para mantener grandes guarniciones de tropas regulares en América. Tuvo que depender de las milicias coloniales, las cuales a mediados del siglo XVIII fueron ampliadas y reorganizadas. En México se creó un ejército formado principalmente por criollos y mestizos. Para estimular el alistamiento, sus miembros fueron admitidos en el fuero militar que gozaban los militares espa~noles. Así los criollos no sólo adquirieron un nuevo fueron sino también un sentido de la identidad militar y la conciencia de que la defensa del país estaba en sus manos. Con esta política Espa~na modeló un arma que finalmente sería utilizada contra ella.
La economía fue controlado y el comercio se vio reavivado
El objetivo era destruir la autosuficiencia de los criollos, haciendo que la economía colonial trabajara directamente para Espa~na, para apropiarse del excedente de producción que antes había sido retenido en América.
Hemos visto que antes del nuevo imperialismo, los intereses de varios grupos en América fueron reconciliados con el repartimiento. El 4 de diciembre de 1786, la Ordenanza de Intendentes terminó con los repartimientos y remplazó a los corregidores y alcaldes mayores por intendentes. Se impuso el sistema de intendencia. Los funcionarios ya eran pagados. Los indios podían comerciar libremente y rehusar trabajar en las haciendas o cualquier tierra que no fuera la suya y no pagar deudas que no hubieran sido libremente contratadas. Era un gran ataque contra los terratenientes que exigían mano de obra. Los intereses coloniales no estaban contentos de que la corona interpusiera su soberanía entre la empresa privada y el sector indio.
El descontento crecía mayor cuando se impuso el comercio libre. Bajaron las tarifas, abolieron el monopolio en Cádiz y de Sevilla, abrieron libres comunicaciones entre los puertos de la península y los del Caribe y del continente, y autorizaron el comercio intercolonial. Aparentemente sería un avance económico, y eso era cierto, sólo para la metrópoli. Para los americanos no significó ni comercio ni libertad. La esencia reside en que América estaban sujeta a un monopolio más eficiente y específicamente excluida de los beneficios de que gozaban los espa~noles. Había desigualdad en el comercio libre: los espa~noles continuaban monopolizando el comercio y la navegación transatlántica, mientras que los americanos fueron oficialmente confinados al comercio colonial. Espa~na se benefició del alza en el volumen y valor del comercio colonial, de la remisión de mayores excedentes a la metrópoli, públicos y privados , y de mejores oportunidades de exportación para las mercancías espa~noles. La economía americana no podía responder con rapidez a los estímulos externos, abierta a las importaciones pero con pocas exportaciones. El resultado era una salida de metales preciosos y los gritos de muerte de las industrias locales que se resentían de una da~nosa competencia por las importaciones de Europa. La política económica borbónica agravó así la situación colonial de Hispanoamérica e intensificó su subdesarrollo. De hecho, Espa~na se interesaba sólo por mantener Hispanoamérica en la producción de materias primas y sostener las guerras en Europa a precio del retroceso de las colonias.
Políticas racialesen favor de los “inferiores”, resistidas por los criollos.
Las sociedades coloniales estaban compuestas de una gran masa de indios, un menor número de mestizos y una minoría de blancos. Los mulatos(mestizo de blanco y negro) y los indios eran considerados seres inferiores. Los blancos se esforzaban en mantener a la gente de color a distancia. El segundo imperio introdujo un elemento de movilidad social. Se permitió a los pardos entrar en la milicia. Pudieron comprar la blancura legal mediante la adquisición de las cédulas de gracias al sacar. Fueron autorizados a recibir educación, casarse con blancos(as), tener cargos públicos y recibir las órdenes sagradas. El resultado fue desdibujar la línea entre blancos y castas, y permitir que muchos que no eran claramente ni indios ni negros fueran considerados como social y culturalmente espa~noles. El objetivo era atacar al poder aristocrático y a la independencia. Esta política era como un insulto para los criollos quienes perdieron confianza en el gobierno borbónico y empezaron a dudar de que Espa~na quisiera defenderlos. Cuando la monarquía sufrió un colapso en 1808, los criollos actuaron inmediatamente en la rebelión popular, no sólo para coger la oportunidad de la independencia tomando el poder de Espa~na, sino también para impedir que lo hicieran los pardos.
La segunda conquista de América no frustró por la derrota de Espa~na ante Napoleón, sino había sido subvertida desde dentro y se había convertido en víctima de sus propias contradicciones. Sus preocupaciones sólo para los intereses de la metrópoli sofocó la esperanza del desarrollo económico de las colonias; la legislación social y laboral hicieron enemigos con la clase de la cual Espa~na dependía para gobernar América; el imperialismo no era garantizado por violencia militar, de modo que su liberalismo social y racial, era impotente para imponerse. De los nuevos conquistadores se puede decir como epitafio que vinieron demasiado tarde, vieron poco claro y vencieron por poco tiempo.
El nacionalismo incipiente
La ignorancia,la negación o la disciminación de Espa~na ante las exigencias de los criollos más o menos contribuyó al despertamiento de su nacionalismo americano. Los criollos pedían en vano a la corona el poder político y orden social. En consecuencia desarrolló un sentido de la identidad, una convicción de que los americanos no eran espa~noles. Como recordó Bolívar:”no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los espa~noles.”
Esta conciencia venían desarrollando y arraigando debido a varios factores.
1) Las unidades administrativas del imperio: América estaba dividida en virreinatos, capitanías, generales y audiencias. Cada una de las cuales disponía de una maquinaria burocrática y un jefe ejecutivo. Estas divisiones, basadas en las regiones preespa~nolas, promovían más bien el regionalismo y un sentido de arraigo local.
2) La naturaleza: debido a las variaciones geográficas y obstáculos naturales del continente, las comunicaciones no eran fáciles. Se separaba cada colonia de la otra. El aislamiento regional ayudó a sofocar la unidad americana y a promover el particularismo.
3) Las divisiones económicas: algunas colonias disponían de excedentes agrícolas y mineros para exportar a otras y quebrantaron las barreras legales puestas al comercio intercolonial. Los virreyes y otros funcionarios asumieron la posición regionalista de su colonia y la apoyaron contra sus rivales. Los americanos habían aprendido que las rivalidades interregionales eran consecuencia inevitable del dominio colonial, y que necesitaban un control independiente sobre su propio destino. Así se reforzó el regionalismo.
4) La expresión política: las exigencias de cargos públicos para los criollos eran irreprimibles. La conciencia era cada día más obvia----los americanos eran diferentes de los espa~noles y deberían tener derecho a ocupar cargos públicos en su propio país.
5) Las fuentes intelectuales: la Ilustración y la Revolución francesa abrieron el espíritu de los americanos. Las ideas de los grandes maestros fueron conocidas por los virreyes y otros funcionarios, miembros de las clases profesional y de negocios, personal universitario y eclesiástico. Por largo tiempo la metrópoli había mantenido a América en ignorancia. Movido por curiosidad, los lectores latinoamericanos entraron en contacto con lo que pasaba en el mundo externo. Sin embargo, la mayoría de ellos consideraban la Ilustración no más que instrumentos de reforma, en lugar de revolución. Y además no fue aceptada indiscriminadamente, por ejemplo la idea de igualdad no coincidía el deseo para el orden social con rigurosas estratificaciones. En último análisis, la gran amenaza contra el imperio espa~nol procedía de los intereses americanos más que de las ideas europeas.
6) La influencia de Estados Unidos: su existencia excitó la imaginación de los hispanoamericanos, y su encarnación de libertad y republicanismo. Muchos de los precursores y líderes de la independencia visitaron los Estados Unidos y conocían sus libres instituciones de primera mano. La Constitución Federal y la Declaración de Independencia guiaron los hispanoamericanos en la elaboración de sus instituciones posteriores.
7) La literatura de los jesuitas criollos expulsados: muchos de ellos se convirtieron en los precursores literarios del nacionalismo americano. Estudiaban y escribían sobre la naturaleza, la historia y las culturas de sus países. Glorificaban a sus países, ensalzaban sus riquezas y elogiaban a sus gentes. Las obras giraban alrededor de un centro----el nacionalismo. En este período se veía un desarrollo cultural americano y se consolidaron la conciencia de su nacionalidad.
La victoria de Hispanoamérica
La independencia llegó al tiempo, con la gente y el lugar. Necesitó más una mecha. La derrota de Espa~na ante la embestida de Napoleón prendió la mecha. En 1808 Espa~na todavía dominaba desde California hasta el cabo de Hornos, desde la desembocadura del Orinoco hasta las orillas del Pacífico. Quince a~nos más tarde le quedaba sólo Cuba y Puerto Rico. Ya proliferaban las nuevas naciones de Hispanoamérica.
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